Unos enormes ojos cuelgan como si fuesen farolas a punto de fundirse
los brazos de la cobardía los acunan mientras les susurran que estoy corriendo en círculos
la ciudad se apaga y algunas luces terminan por fundirse y los nervios más rojos se enroscan aún
a algunas farolas
el frío de invierno me provoca intensas fiebres
pero no hay escapatoria
todas las luces se han apagado y lo que queda de ellas es pasto de la compasión:
patea el cartón de un mendigo después de haberle echado una moneda
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