martes, 10 de agosto de 2021

Un espacio frontera

 campo semántico: Bosque, pinar, frutos, Invernal, nevado, congelado, macabro, sombrío, horrorizante, temible, templado, cálido…

Se deslizó de la cama y del aroma cálido y penetrante del humo en el momento en el que el sol tocaba justo el borde del horizonte. Jaime tenía trabajo. Era un hombre metódico, así que primero corrió a embutirse en la ropa tendida en la barandilla del porche. Tenía la sensación, en verano, de que aquel pinar que podía congelar el espacio y el tiempo se transformaba en un horno caliente y listo para hornear pan. Por eso, cuando salió al exterior y vio su ropa convertida en placas de lija, sonrió al recordar aquellos cambios recientes en la factura de la luz, pensando en un mundo de magia, el suyo, que estaba rodeado de recodos sombríos y calderas naturales.

Convertido en el hombre del fuego, un poco distinto a las películas americanas pero muy parecido a los dibujos animados, sacó los prismáticos y los planos del cajón de herramientas que tenía en el porche, un torreón en la más alta torre rodeado de bosque a su alrededor.

Miró por la anidada y trató de ubicar las columnas de humo, que se veían lejanas y macabras, como sombras chinescas tratando de describir a los villanos de una historia fantástica. Volvió a mirar por los prismáticos mientras trataba de describir la posible ruta de extinción en el mapa y accedió al interior de la garita, encendiendo la radio. Era el segundo que se levantaba y el último que se dormía, y era lo más parecido a escuchar a un locutor hablando en un programa especializado sobre botánica y árboles frutales.

La época invernal se quedaba atrás, al paso en el que las ramas heladas y el suelo nevado se deshacían con la forma salvaje de transicionar de la naturaleza, dejando a su paso ramas caídas y animales atrapados. Todo aquello, convertido en un pasto seco que ahora estaba allí, a sus pies. El sol empezó a levantarse del horizonte y poco a poco, la oscuridad en la que flotaba su hogar empezó a dar paso al día. Y con él, llegaron los incendios.

 


 

*ejercicio de espacios-frontera del curso de Doméstika de Cristina López Barrio


sábado, 7 de agosto de 2021

Un objeto

 Es fácil pensar en la época estival como una época de paseo en bicicleta. Quizá no puedes acceder a ella, pero te tumbarás en el sofá a dormir acompañado de la Vuelta Ciclista. Me gusta pensar en esos ancianos que veo todas las mañanas en mi pueblo, con sus bicicletas de ruedas delgadas, corriendo por el pavimento caliente del verano, agarrada la caja de frutas al asiento trasero, sujeta con unos pulpitos o unas bridas. Lleva el pan y la compra de la tienda. Yo lo hago a veces con las medicinas. Vuelvo a coger la bicicleta de los frenos duros y la luz en dinamo que hace ruido al encenderse. Cincuenta años más tarde de la primera vez que se utilizó, pienso en cómo sería el momento en el que mi abuela la recibió el día de su boda, que hoy está aquí, rodando por el pavimento que fue entonces tierra, del color oxidado, que entonces fue verde, todavía en mis manos, que fueron las de mi abuela, paseando en bicicleta.