viernes, 16 de octubre de 2020

Por eso yo, hija, recuerdo

 Pasando la casita de vigía hay un camino descendente de tierra, con un viñedo a la izquierda y un campo de centeno sembrado a la derecha. Por encima del centeno dorado se estrelló, en 1992, un Mirage F1 Ala 14, con el resultado de un muerto, no se sabe si en esta viña, o en el sembrado. Los vecinos salvaron un piloto, el otro murió fatídicamente. La madre de tu tía recuerda la sensación de un terremoto; cómo las vigas de madera temblaban bajo el tejado. Yo estudiaba con las monjas en una de las escuelas esparcidas por el pueblo. Era pelirrojo, mis amigos me comparaban con Tintín. Cuarenta años después, pusieron una gran bandera y una condecoración. Nadie se acuerda de lo que pasó porque el suelo mullido esconde el rastro del pasado. Por eso yo, hija, recuerdo.