la noche huele a sándalo
mi ropa, a cerveza tirada encima, a cenicero
voy con el corazón roto sintiéndome importante
como si no fuera más que sentimientos horribles
la ropa se mueve de una silla a otra
tengo un agujero en el estómago
hambre y tristeza
pienso en acordeones y en sevdah
pienso en beber, me emborracho
me siento triste, me duermo
dejo el incienso prendido
la noche huele a sándalo al menos
... y el despertar herido en su trono imbatible espera ávido.
ResponderEliminarSaludos.