─ "Ezequiel, 25-17: El 
camino del hombre recto está por todos lados rodeado por las injusticias
 de los egoístas y la tiranía de los hombres malos. Bendito sea aquel 
pastor que, en nombre de la caridad y de la buena voluntad, saque a los 
débiles del Valle de la Oscuridad. Porque es el auténtico guardián de su
 hermano y el descubridor de los niños perdidos. ¡Y os aseguro que 
vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquellos que 
pretendan envenenar y destruir a mis hermanos!¡Y tú sabrás que mi nombre
 es Yahvé, cuando mi venganza caiga sobre ti!"
─ ¿Y citar esa mierda te ha servido para ligar alguna vez?
─ Con católicas que no tenían nada mejor que hacer. Y cuando lo consigues es como estar acariciando el puto Espíritu Santo.
La chica no tendría más 
de veinte años. Veintidós, como mucho. Le miraba desde el suelo a medio 
desnudar, muy segura de sus actos. Atrajo al hombre que se había quedado
 a cierta distancia de ella rodeándolo con los pies. Ambos apestaban a 
ginebra y tenían la boca como un cenicero. Eran las seis de la tarde y 
sin embargo habían estado bebiendo desde no sabían cuándo. Cuando 
consiguió que se pegara a ella, logró arrastrarse hacia el borde la cama
 y empezó a desnudarlo, como si tuviera prisa.
─ Creo que estoy 
viéndolo otra vez─ dijo el hombre, alzando los brazos como un 
predicador, mientras le metían la mano en los pantalones ─ ahí viene, en
 forma de paloma....ahhh...mira cómo vuela en la ventana...te lo estás 
perdiendo...ahhh...lleva una rama de olivo en el pico y me está guiñando
 un ojo. Sigue por ese camino y llévame ante el mismísimo Dios 
todopoderoso.
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